El divorcio con hijos
Desde la Corporación Peruana de Abogados (CPA) trabajamos por la defensa de la familia, ya que, creemos que de su cuidado depende, en gran medida, la solución de grandes problemas de nuestra sociedad. No obstante, entendemos también que en el marco del bienestar los miembros que la conforman, EL DIVORCIO, muchas veces, se constituyen como la decisión más sensata.
Por esta razón y, además, comprendiendo que atender un divorcio no significa resolver única y exclusivamente los problemas legales entre los cónyuges, sino que también significa atender sus consecuencias extralegales con los hijos, elaboramos el presente artículo sobre las consecuencias y efectos del divorcio en los hijos, con el objetivo de brindar orientación a nuestros clientes sobre cómo desenvolverse frente a los hijos tras el divorcio.
Cuáles son las consecuencias del divorcio por los hijos
Muchas veces, de manera errónea, se suelen relacionar el divorcio con una serie de desventuras para los hijos. La idea común de la mayoría de personas es que al divorcio le siguen inevitablemente consecuencias como: el bajo rendimiento académico del menor, problemas de adaptación o mala conducta. Como adelantamos, creemos que este modo de pensar es erróneo.
Es cierto, que algunas veces, la separación de los padres puede constituirse como un factor que influya en cierto grado en la formación de los problemas mencionados. De hecho, el distanciamiento de los padres puede ser una condición que contribuya al bajo rendimiento académico del menor o a los problemas de sociabilidad del mismo; a lo que vamos es que no existe una relación NECESARIA O INEVITABLE entre ambas cosas.
Muchas familias “bien constituidas” tienen que lidiar con hijos con bajo rendimiento o con problemas de sociabilidad o mala conducta, mientras que muchas personas que provienen de padres separados terminan siendo grandes profesionales y ciudadanos ejemplares.
Desde nuestro punto de vista, el principal problema que se deriva de la separación o divorcio de los padres para los hijos menores está conformado por el sinnúmero de dudas e incertidumbres que se le puedan generar. Este es el problema que debemos atender.
Cómo afecta un divorcio en los hijos (psicología)
Los estudios psicológicos señalan que el impacto del divorcio varía según la edad de los hijos. A continuación desarrollaremos los probables efectos del divorcio en función de la edad de estos, sin perder de vista, lo que ya habíamos anotado antes: “no existe un vínculo necesario entre el divorcio y la consecuencias dañinas en las formación de la persona”
En niños de hasta 6 años
En esta etapa los niños suelen desarrollar sus facultades la imaginación, la creatividad y -en vista de ello- suelen realizar muchas preguntas, las cuales deben ser resueltas clara y OPORTUNAMENTE por los padres. Asimismo, una característica resaltante de esta etapa es que son egocéntricos, es decir, reconducen las responsabilidades de las cosas buenas o malas a algún comportamiento suyo.
Desde esta óptica, en caso de que el niño tenga que afrontar la separación de sus padres, puede llegar a formular ideas como “mis padres se separan porque me porto mal”.
De ser el caso, los padres deben ser responsables y erradicar esos juicios del menor oportunamente, mediante el diálogo y la compresión. Además debe estar pendiente de las posteriores conductas del menor.
De 6 hasta los 12 años
En esta etapa la personalidad del niño ya se encuentra relativamente consolidada. En virtud de ello, es posible que en el marco de sus posibilidades el menor, fundado en sentimiento de apego, intente lograr que los padres vuelvan a juntarse. Por lo general, no lo logran y en vista de ello pueden aparecer sentimientos de miedo, soledad y culpabilidad.
En caso de que el divorcio haya acaecido en esta etapa, lo más conveniente es atender las dudas del menor y explicarle que los problemas que se tengan con el cónyuge tienen absoluta independencia con la relación entre ambos (padre –hijo).
Los padres deben demostrar en los hechos, atendiendo cada uno de los problemas de los hijos, que el deterioro de las relaciones conyugales, en nada afectan a las relaciones con los hijos.
Cuando se tienen hijos adolescentes
Esta es, sin duda, la etapa más complicada. Los hijos durante esta etapa afianzan su personalidad y empiezan a tender más puentes con elementos externos a la familia (amigos de la escuela, primeras parejas).
Si el divorcio se produce durante esta etapa, los padres tienen el deber de orientar a los hijos en los problemas que se encuentran en su “agenda”, los cuales están relacionados al “formación del proyecto de vida” y al ámbito sexual. Lo más recomendable es que dichas conversaciones la desenvuelvan los padres con los hijos del mismo sexo.
Al igual que las dos situaciones anteriores, los padres deben dejar claro que las relaciones con los hijos no se encuentran en modo alguno afectadas por los problemas entre los padres.
Qué hacer en un divorcio con los hijos
Se debe explicar a los hijos de manera clara y oportuna los fundamentos de la decisión. Cómo habíamos anunciado, la existencia o no de secuelas negativas tras el divorcio depende de la actitud que tomen los padres con respecto al mar de incertidumbres que se genera automáticamente una vez tomada la decisión. Todas las dudas deben ser atendidas, mientras menos espacio le dejemos a la especulación, mejor.
Cómo anunciar el divorcio a los hijos
Como anotamos, no deben existir reservas al momento de hablar del divorcio frente a los hijos, mientras más claro y sincero sea el mensaje, mejor. No vaya con muchos rodeos pensando que los menores no se encuentran involucrados con los problemas de casa ¡ellos los conocen muy bien!
Por eso, los padres deben hacer entender a los hijos que la separación es la decisión más sensata, que se separan en el marco del respeto mutuo y que, en última instancia, el deterioro de las relaciones con el cónyuge no influye en modo alguno en los sentimientos hacia los hijos.
Cómo hacer para reducir las consecuencias del divorcio en los hijos
El divorcio como cualquier decisión genera consecuencias, de la audacia y responsabilidad de los padres depende que estas sean positivas o negativas.
Insistimos en que la clave es dialogar de manera clara sin ocultar los fundamentos de la decisión. Una vez hecho esto, la diligencia de los padres en el cuidado de los hijos debe “duplicarse”, el interese en sus quehaceres tiene que ser mucho más evidente. Por ejemplo, el padre que no vive con el menor, debe acudir constantemente al centro educativo a verificar su avance académico, así también, para cerciorarse de que la conducta del mismo no ha variado en lo sustancial. En caso de verificarse alguna variación negativa en la conducta, se deben tender puentes de diálogos y expresar confianza y atención sobre las dudas o molestias del menor.
